Atardece sin tus latidos,
sin poder encender tu sonrisa
porque has despertado
antes que mis manos,
antes de mi sentido.
Perdí en el camino tus pupilas
y prefiero un mundo sin luz
a velas y de bombillas
para deshojarme el corazón.
ahora que callaste.
Nunca imaginé un amor con garras,
nunca imaginé un amor con alas.
Tengo hambre de llorar y no me sale,
tampoco luna o noche llega
para derramar lo inevitable.
Pronuncio tu nombre,
respiro el instante que me toca
y me embriaga sin reclamo:
Para ti, los versos más tristes;
por mi, un frío despertar.