martes, 21 de septiembre de 2010

Al partir

Al filo de la media noche Andrea dejó de respirar. Sus catorce años no eran causa aparente de su muerte, algo que los médicos sabían de antemano. La vista se le nubló horas antes, aparentemente como parte de un choque nervioso. En ese momento Andrés estaba sumergido en un sueño inducido por la ingesta de una gran cantidad de somníferos. No quería saber nada de lo que ocurriría esa noche en su casa, además de haber pensado que su propia situación a la larga contribuiría a despejar los sentimientos de dolor de sus padres por la muerte de su hermana. Doble fue la conmoción para los padres que llamaron una ambulancia en la que solo cupo la chica y su madre. Un par de minutos después partió del mismo lugar una segunda ambulancia.