Mi nombre es otro, uno de tantos que existen y se habrán de inventarse. Creo ser poco para ser responsable tan siquiera en parte de ese ser extraño y casi inalcanzable para tantos que no saben ni de cerca que es o que lo confunden contínuamente con la simple alegría.
La alegría, como tal es solo una emoción como el enamoramiento, no es la felicidad como el enamoramiento no es amor.
Me llamo ricardo y me preocupa que alguien me considere la fuente de tal sentimiento, si así se le puede llamar. En veces la encuentro rezagada en los confines de mi pensamiento, a veces aparece como resultado de un largo pensar del día a día y otras simplemente desaparece dejando lugar a muchas emociones, sentimientos e incluso a su malnacida hermana la depresión. Entonces, ¿porqué o cómo puedo ser la felicidad para alguien? por ignorancia, inmadurez, interés o confusión, no encuentro más explicaciones.
Ten cuidado con eso que sientes y tenlo más cuando expreses eso que crees estar experimentando en tu ser, puedo ser yo disfrazado de lobo o demonio con piel de oveja, acechando la hora para abrir mis fauces y tragar todo, lo mucho o lo poco, lo que tengas para seguir sintiéndote fuera de este mundo.