...
De tus caderas, la hoguera que no muere.
De tus manos, la fuerza que labra el día a día.
De tus labios, la masa que moldea tu sonrisa.
De tus ojos, la inocencia y su paz.
De tus cabellos, el viento que juega acariciarte.
De tus pies, el polvo del camino y ser oasis.
De tu pecho, el calor que anida esperanzas.
De tu frente, la templanza de ser quien reflejas.
De ti, el tiempo
y de él,
forjar mis recuerdos.