Me gusta tanto mi blog porque casi nadie lo visita. Es como la cama de un amante, que puede tener cada noche a alguien distinto, pero ninguno regresa, nadie se queda.
Hay quienes lo visitan una o dos veces, pero luego no vuelven. Eso es bueno, porque conservo mi intimidad intacta. Conservo mi ego en su área de confort.
Cuántas cosas he escrito y pocas están acá. La mayoría inacabadas, como mis pinturas, o roídas por el moho y las vicisitudes del tiempo.
Este es mi blog, donde yo habito, donde reino y me divierto, donde vivo mi soledad de amante sin amante, de enamorado sin amor, de amor sin enamoramiento, de inconcluso retorno porque el camino es más intrigante, es más bello perderse entre los bosques de la vida y deleitarse bajo un sol y una brisa diferente cada vez.
