Con calles sin nombre
sin el arrullo de las palomas
ahora de roca
en los perfiles de catedral dormida
sin túnica de viento marea o soplo de aire
entre filos de piedra, de pluma
Con plaza ancha cubierta de horizonte
sin manto de murmullos
bañada en sol sin sombras
de luces sin luna
de árboles sin rostro
d fríos mármoles y cemento al cielo
Eterno y premonitorio
de tormenta y fiel temblor
y desgracia sin silla ni lar
de aves sin cielo y hormigas sin techo
de muerte y desdicha
de pueblos vacíos
Con secos arrollos y arenas
doradas, brillantes cumbres
sin hombres sin nieves sin fieles
a riscos de muerte
sin palabras sin alma
sin respiración.